Lo Metafísico en el Pensamiento Filosófico de Luis Felipe Alarco Larraburre
Sinopsis
La historia de la Filosofía es un constante devenir, en el cual el hombre intenta aproximarse a respuestas fundamentales de preguntas cuyo objeto ha sobrepasado las barreras espaciales y temporales, realidades de las cuales el hombre no puede escapar.
Quien se adentre en una especialización en historia de la Filosofía o en la historia de la Educación no puede darse el lujo de dejar escapar al desarrollo de este intento, de esta búsqueda permanente, en su propia región o contexto local, medio íntimo y privilegiado que le brindará la oportunidad de enraizar aquello que de importante puede poseer la Filosofía, con aquello de importante que la misma ya dejó en su ambiente, tradición o cultura.
¿Quiénes somos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué sufrimos? Son preguntas para las que buscamos respuestas y no estamos satisfechos con las obtenidas, sino que siempre «vamos a más», una y otra vez, reformulando la pregunta, o el sentido de la misma. Esta es una característica del hombre de todos los tiempos.
¿A qué estamos destinados? ¿Cuál es nuestro futuro? El porvenir nos cuestiona de manera permanente. «Somos como pajarillos revoloteando en una habitación en una noche oscura de invierno»; de pronto aparecemos en la habitación sin saber de dónde y nos marchamos apresuradamente a un lugar desconocido. «La mayor parte de los hombres nacen como originales y terminan como copias» (Catecismo Holandés, 3 y 7).
Nos encontramos ante el misterio de nuestra existencia donde aparece la duda, la cual es una neblina espesa que opaca la orientación existencial de la persona. La duda es incertidumbre y produce temor ante el porvenir, ante lo desconocido. Este miedo a lo desconocido es una característica propia de la psicología humana. La duda es la oscuridad, produce ansiedad y angustia. El miedo a lo desconocido encubre el miedo a la muerte y también el temor a la vida, porque lo desconocido es todo lo nuevo y si el miedo impide enfrentarlo, estaremos condicionados a vivir en el pasado, sin posibilidades de cambio o crecimiento (Almendro, 2006, p. 264-265).
Por otro lado, nuestro mundo ha sido absorbido por el imperio de lo aparente, el ser se ha difuminado y la insatisfacción parece sumir al hombre en el sinsentido.
Si alguien ofrece la posibilidad de escapar a toda esta situación, entonces se ve dicho ofrecimiento como una promesa, un kerigma, una «buena noticia». El hombre actual ha encontrado muchas promesas de solución o buenas noticias, que le aseguraban la respuesta a aquellas dudas, ofrecían luz para orientarlo en la oscuridad y en la neblina.
Estos anuncios han difundido la supuesta crisis y caída de la Metafísica; cuyo menosprecio ha llevado a algunos a creer que se había firmado su carta de defunción, y con ello se pensó que el progreso científico brindaría sólidos fundamentos a la existencia humana y a la realidad del cosmos. De todo esto, lo único que ha hallado cumplimiento es la no diferenciación entre lo aparente de las cosas y lo que las cosas son.
Esta no es una realidad novedosa. Lo descrito anteriormente se vivenció durante la primera mitad del siglo XX, y un filósofo peruano pensó que para contrarrestar esto, urgía una nueva Metafísica, adaptada a las necesidades de su realidad.
Un pensador peruano, Luis Felipe Alarco, se dio cuenta que el camino de progreso y desarrollo del hombre erraba, pues en aras del dominio de la naturaleza, se pone en riesgo la misma vida humana, aquello que humaniza al hombre.
Esta investigación tiene por objetivo de estudio identificar y valorar críticamente los principales aspectos metafísicos del pensamiento filosófico explicitado formalmente en las obras y textos del maestro Luis Felipe Alarco.
En el pasado, Sócrates vivió los últimos años del esplendor de una época griega y el avistamiento de la decadencia. Esta época de transición lo llevó a asumir una misión en la que descubrió que la decadencia se produjo por carecer lo antiguo de enérgicas raíces que lo pusieran a cubierto del actual agotamiento. Lo positivo se extravió por lo que se debía reencontrarlo y rehacerlo mediante el aprendizaje y el pensamiento. Este acontecimiento es tipológico para nuestra época, marcada por la pérdida de sentido de la tradición y de lo antiguo, y todo lo que exprese aquellas dos ideas, entre esto, la Metafísica.
Esta desestimación de la Metafísica –al igual que los hechos del pasado– es invitación a reencontrarla y a rehacerla, tareas iniciadas ya en otros países y testimoniada en el nuestro, mediante la vida y obra del gran maestro sanmarquino, Luis Felipe Alarco Larraburre.
En la época actual, el hombre es entendido como fruto de la evolución y de la historia, en su interior subyace una fiera, un animal carroñero, un lobo estepario. Algunos consideran pues al hombre como animal encarcelado, reprimido, y buscan la solución a muchas neurosis en su liberación sin miramientos. Da la apariencia de que los cimientos del ser humano se hunden en el caos, en sus instintos, en su barbarie, lo cual convierte al ser hombre en la actividad más difícil, porque en el fondo del alma está la ferocidad.
Múltiples ropajes encubren el alma, la desfiguran, la falsifican, por lo que es necesario ir despojándola de sus velos para que aparezca como es. Esta es la intención de Luis Felipe Alarco, de su pensamiento metafísico, enraizado en la realidad en cuanto se vierte sobre el propio hombre, con sus grandezas y despojos, con su potencialidad y realización.
Ante esta situación, desde hace algunos años, la identidad nacional y su valoración se han visto favorecidas desde diversos ámbitos culturales, educativos y socio-comunicativos.
La Universidad Nacional Mayor de San Marcos no ha sido ajena a esta labor y ha visto por conveniente priorizar «el estudio de nuestros pensadores más representativos». El Departamento Académico de Filosofía ha visto nacer desde el seno de sus ilustres maestros, «una seria inquietud por trabajar en forma sistemática, ordenada y metódica el aporte intelectual y las preocupaciones humanísticas de ilustres maestros universitarios, la mayor parte de ellos sanmarquinos» (Rivara, 2004, I, p. 8).
La presente tesis no pretende agotar ni afirmar que ha identificado la totalidad del pensamiento metafísico de Alarco. En todo tratado filosófico, en toda exposición del propio pensamiento, aún del conjunto de ideas y opiniones cotidianas, ninguna persona puede llegar a la profundidad del que lo emitió debido a que el pensar es manifestación de un ser, y respecto a la cuestión del ser siempre queda un reducto irracional que no se agota, es por ello que con este trabajo se intenta realizar una «aproximación» al pensamiento metafísico de Alarco, ese es el sentido de una investigación de este tipo, que en cuanto es interpretación, es aproximación. Dicha aproximación tiene en cuenta que muchas variables pueden escaparse, ya sean racionales, históricas, afectivas, y experienciales del autor. Más que una tesis, este trabajo pretende ser una aproximación al hombre, al pensador, al gran maestro sanmarquino, al ser.
La presente investigación se encuentra dividida en seis capítulos. En el primer capítulo se desarrollará una breve descripción de algunos de los rasgos de la personalidad, datos anecdotarios e históricos del maestro sanmarquino; asimismo, se mencionarán las obras completas del autor, con una breve clasificación según criterios del autor de este trabajo.
El segundo capítulo expondrá una síntesis de la realidad del ser, su concepto y problemática, sus fases, modos y regiones.
En el tercer capítulo se recogerán las nociones antropológicas que el maestro sanmarquino esbozó a lo largo de su vida, así como también presentará el problema del libre albedrío, condición sine qua non para la real manifestación del ser del hombre.
El cuarto capítulo desarrollará el tema de la trascendencia, en las dos vertientes metafísicas que Alarco despliega: la trascendencia gnoseológica, la cual incluye el problema de la irracionalidad; y la trascendencia ontológica, en donde se subrayarán: el problema de la inmortalidad y la existencia divina.
El quinto capítulo presentará a Sócrates y a Jesús, ante la experiencia de la muerte, momento definitorio del ser humano, único e irreparable, pero a la vez presentará la actitud de ambos hombres ante la posibilidad de la nada o de la plenitud, actitudes fundamentadas en la mera filosofía y el sentido común en el caso del maestro griego; o sostenidos sobre el pilar de la fe judeo-cristiana y la revelación. Se presentará a los dos hombres, como arquetipos antropológico-metafísicos.
Este trabajo no se limita a la mera exposición del pensamiento metafísico del maestro sanmarquino. En el sexto capítulo se emprende una breve polémica con Alarco en vías, no de rebajar su mérito, pues el atacar lo débil de cualquier argumento o aporte filosófico es una tarea relativamente fácil, además de que toda gran filosofía posee sus cumbres y abismos; el objetivo auténtico es detenerse en las alturas, intentar llegar a ellas y de poder realizar esta proeza, aportar y contribuir en el conocimiento de la vida y obra de un filósofo sanmarquino, tarea urgente y necesaria donde la investigación se convertirá en un pequeño ladrillo, uno de los tantos que nuestra historia de las ideas y de la filosofía en el Perú, necesita para formar escuela, para sumar ayuda en la edificación del saber. Es tomar la posta dejada por el maestro sanmarquino, y continuar por la senda trazada.
Como cierre, se enumerarán algunas nociones metafísicas importantes para comprender el pensamiento de Alarco y las conclusiones a manera de lista.
De entre las dificultades presentadas y debido al estilo re-creacionista del gran maestro Alarco se hace necesario, como una cuestión de honestidad intelectual, mencionar que, dentro de las referencias indicadas, se ha tratado de realizar una exploración y enumeración de las posibles obras filosóficas a las que Alarco pudo haber accedido, o que lo inspiraron, exploración basada en la percepción del autor de la presente tesis, y como tal, limitada por ese mismo hecho.
En la presente tesis se considera que este reconocimiento del límite, a la vez podría ser el aporte, en cuanto que no se trata de una mera exposición –lo cual ya es un trabajo complejo– del pensamiento del maestro sanmarquino, sino que es una exploración de lo que se halla de misterioso detrás de su vivencia y producción intelectual. Es aventurarse en el misterio del hombre Alarco, y esta aventura intenta motivar a los lectores y demás sanmarquinos de las diversas especialidades para que se continúe la investigación del aporte de nuestros maestros predecesores, en vías de construir sobre lo ya edificado, aportando y completando, más allá de «ningunear» o «criticar» sin haber intentado siquiera comprender desde su raíz, el valor del aporte nacional.